Encontrar un camino para comunicar mejor
Esta semana tuve el enorme placer de tomar un magnifico taller organizado por Latin America Research Commons (LARC) e impartido por Maria Cuvi de FLACSO – Ecuador, el cual versó sobre escritura de libros académicos. Una de las cosas que Cuvi más destacó fue que las palabras importan y que un gran problema es que “el lenguaje de la academia incomunica”.
¿Cómo las investigadoras/es podríamos mejorar las narrativas que escribimos? Algunas cuestiones que Cuvi mencionó es que hay que pensar a quienes van dirigidos los textos. Además de construir adecuadamente los pilares sobre los que descansan los escritos:
- Prosa,
- Material adicional (tablas, gráficas, etc.)
- Documentación
Otra de las cosas que sugirió Cuvi en el taller fue que: los textos académicos deben comunicar, ser asequibles y una de las mejores formas es ocupar otro tipo de recursos, especialmente para las ciencias sociales. Es decir, usar tropos literarios en la prosa y uno de las mejores recomendaciones que dio fue: “No dejen de leer literatura, es la única forma de mejorar la narración” y es en lo que me quiero centrar en este post.
Este blog se enfoca en la escritura académica y puedo decir que efectivamente este es un mágnifico consejo; leer narrativa ficcional y no ficcional, poesía, crónica, etc. ayuda a desarrollar habilidades de lecto – escritura. Ciertamente nos familiarizamos con los textos académicos, pero leer de todo nos permite disfrutar, reir, llorar, reflexionar y pensar desde diferentes ángulos. Además, como dice David, nos vemos en los textos y éstos nos hablan de quienes somos.
En este post quisiera platicarles de algunos de los libros que me han acompañado en este confinamiento. Al inicio de la pandemia estaba leyendo el texto de Ivan Jablonka llamado “Laëtitia o el fin de los hombres”. Jablonka realiza una crónica sobre el caso de Laëtitia Perrais, una jóven francesa que en 2011 fue asesinada con tan sólo dieciocho años, un caso doloroso que destaca las omisiones del sistema judicial, por las instictuciones que debieron protegerla, pero también el oportunismo político y sobre todo destaca la figura de Laetita a través de sus mensajes en las redes sociales, del testimonio de su hermana gemela y de sus amigas/os. Es un texto que interpela nuestra cotidianidad, para poner siempre al frente la vida de las mujeres que desaparecen y son asesinadas día con día en nuestro país.
Leí “Entre los rotos” y “Como Caracol” de Alaíde Ventura de sopetón, me hicieron pensar y llorar, la verdad. En “Como caracol” nos invita a pensar en las familias, en la vejez y la enfermedad y como vivimos con nuestro hogar a cuestas, con las alegrías y tristezas. Entre los rotos lo leí tan rápido porque su narración me gustó mucho, nos habla de las marcas que deja la violencia en los hogares, el efecto y las despedidas de quienes acompañan en esos trances, como escribe la autora: «Entre los rotos nos reconocemos fácilmente. Nos atraemos y repelemos en igual medida. Conformamos un gremio triste y derrotado. Somos la aldea que se fundó junto al volcán, la ciudad que se alzó sobre terreno inestable.»
La narrativa de Fernanda Melchor duele porque describe desde la ficción, algunos de los retratos más dolorosos que podemos divisar en México, de la impunidad y la precariedad. Además lo entreteje con la dolorosa violencia hacía las niñas, las mujeres, los jóvenes y los varones no hegemónicos. Este fin de semana termino el texto de Vivian Gornick, se llama “Apegos feroces”, es una narración poderosa sobre las voces que nos recorren en cada paso. Afectos que nos marcan y que se divisan en nuestras acciones y elecciones.
Dejé para el final, el libro que me ha gustado más en estos meses, que es la novela de Brenda Navarro. Se llama “Casas vacías” y habla sobre la maternidad, el deseo, la perdida y la soledad de la crianza como ejercicio individual. La verdad ya no quiero contar más, para que se animen a leer todos los textos.
Dejar descansar los papers y los textos académicos y darse un espacio para leer es un privilegio. Si tienen la oportunidad y el tiempo, no dejen pasar estas recomendaciones. Platíquenme, por favor, ¿Cuáles son los libros que las han acompañado en estos meses de confinamiento? ¿Qué les gusta leer?
Si te interesan estos temas y quisieras comentar o sugerir algo, no olvides escribirme, te leeré con gusto.
Agradezco el tiempo que has dedicado a leerme y nos vemos la próxima semana.