Recomendación de libro #3
En “Abrir las ciencias sociales”, la comisión Gulbenkain mencionaba que “la realidad del mundo del conocimiento en la década de 1990, especialmente en comparación con la de décadas anteriores, es la limitación de recursos impuesta por las crisis fiscales en prácticamente todos los países” (2007: 103). Desde hace algunas décadas, el magro financiamiento a los rubros en educación es una constante.
Estas semanas han sido muy dificiles, demasiadas noticias de recortes a la ciencia y la cultura, demasiada incertidumbre. Muchas voces de la academia se han alzado para opinar sobre los recortes y las afectaciones que tendrán en sus investigaciones y en su vida cotidiana. Exige pues, una especial atención a los problemas que enfrentamos: menos becas en todos los niveles, trayectorías académicas abandonadas, profesoras/es por asignatura o por tiempo parcial en universidades públicas y privadas que muchas veces, podían tener una oportunidad de compensar el sueldo con el estimulo del SNI.
Si bien los estimulos condicionados o las financiaciones estatales no representan la solución de muchos problemas, es cierto que son un paliativo ante un mercado laboral académico incierto y desgastado. Su progresiva desaparición dan un mensaje confuso sobre las prioridades del estado y la ciencia, además de la inexistencia de un plan público para redistribuir con claridad el financiamiento en estas áreas o garantizar un salario digno para las/os profesoras/es.
Esta semana les quiero compartir un texto para seguir con la reflexión. El libro que les recomiendo este mes, lleva por nombre “Academias asediadas. Convicciones y conveniencias ante la precarización”, lo edita CLACSO y CESCEMA- UNICACH y su descarga es gratuita, lo puedes conseguir: acá.
Más que reseña me centraré en algunos argumentos del coordinador Alain Basail, como una invitación para leer el libro:
- Las políticas neoliberales definieron un cuadro general de “intemperie social” y una de las cuestiones más graves derivadas de esto es que la reproducción de las culturas académicas ha estado en jaque toda vez que las claves de su sostenibilidad fueron puestas en riesgo.
- Las instituciones universitarias y los centros de investigación públicos y privados o las organizaciones no gubernamentales, han sido transformadas a través de mecanismos disciplinarios y procesos institucionales de control y regulación que remiten a combinaciones de las relaciones entre conocimiento y poder.
- La valoración social negativa de algunas instituciones de educación superior ha respondido a juegos de intereses, a luchas por el capital científico individual, grupal o institucional y a relaciones de poder de simetría variable entre todo el conjunto de actores sociales.
- La injerencia externa se reproduce al interior de las propias instituciones al limitar la autonomía administrativa, y la libertad de decidir sobre qué, cómo y cuándo investigar o impartir determinados conocimientos por lo que los productos son condicionados decisivamente por dinámicas autoritarias.
- Entre los ejemplos de la precariedad pueden citarse la situación lamentable de las/os profesoras/es de asignatura o temporalmente contratados por horas/clase con pésimas retribuciones que constituyen en la mayoría de las universidades más de las tres cuartas partes de sus plantillas.
- Los recortes de recursos públicos destinados a la educación, las ciencias y, en particular, a las ciencias sociales y las humanidades, han sacrificado los programas de investigación, formación y divulgación del conocimiento, las artes y la cultura en general.
- Las condiciones laborales, las circunstancias de trabajo y sus materialidades plagadas de incertidumbre, desconfianza y escases de bienes y recursos, fuerzan a competir cada vez más agresivamente por todos los medios posibles.
- La devaluación del trabajo intelectual es una de las tendencias subyancentes a estas lógicas relacionales, así como la mayor inequidad en todo el sistema dominante en el planeta.
- Las mujeres son particular y sutilmente discriminadas en distintos momentos y etapas de la vida académica no solo por la cantidad que representan en el conjunto de las contrataciones, sus salarios y el acceso al financiamiento, sino por la menor participación en puestos directivos, comités académicos, consejos editoriales, órganos de evaluación docente e investigativa o de definición de políticas y la visibilidad de sus aportaciones.
- El miedo académico es el sentimiento colectivo e individual que más distorsiona las vocaciones científicas. Muestra un conjunto de síntomas, indicios o señales graves de los riesgos, peligros o amenazas del quehacer académico.
- Las universidades continúan siendo instituciones por excelencia para someter a crítica el conocimiento científico y humanístico a pesar de sus pérdidas de centralidad y la crítica social de las son objeto.
Una de las cuestiones centrales del texto es la crítica de la mercantilización de la ciencia y cómo el neoliberalismo se ha insertado en los sistemas universitarios. Ciertamente es una realidad, pero no deben arguirse estos mismos argumentos para más recortes sin tener clara la situación precaria de las/os docentes y las/os investigadoras/os.
Asediar significa cercar o presionar insistentemente algo y la metafora funciona muy bien para pensar qué pasa en las academias en varias latitudes. Espero que este libro motive a seguir criticamente con la discusión, si te interesan estos temas y quisieras comentar o sugerir algo, no olvides escribirme, te leeré con gusto.
Agradezco el tiempo que has dedicado a leerme y nos vemos la próxima semana.
Fuentes
Basail Rodríguez, A. (coordinador). (2019). La intemperie social y la precarización del trabajo académico. Sobre alteraciones radicales y configuraciones críticas en la academia. En Academias asediadas. Convicciones y conveniencias ante la precarización (pp. 169-245). CLACSO – CESMECA – UNICACH
Wallerstein, Immanuel (coord.), (2007) Abrir las ciencias sociales. Comisión Gulbenkian para la restructuración de las ciencias sociales México: Siglo XXI/UNAM.