Relaciones, conecciones e interacción
La semana antepasada impartí una conferencia en un doctorado, sobre mi tema de investigación. Me pidieron al final de la conferencia, que diera algunos consejos sobre cómo establecer una agenda de investigación duradera o al menos eso entendí (con los nervios del cierre). Mi respuesta fue formar una red, en realidad lo creo, pero ¿por qué?
La colaboración entre pares es fundamental para llevar a cabo una investigación, tanto para entablar un dialogo, como para construir una carrera en la academia. Existen varios estudios que enfatizan la importancia de las estrategias colaborativas entre las mujeres académicas. Sharon Marvin y Patricia Bryans (2002), mencionan en su estudio que existe un beneficio en la creación de redes ya que facilita, reconocerse como investigadoras, para avanzar hacia el cambio de sí y de sus instituciones mediante el desarrollo de una agenda de investigación propia y estrategias de acción concretas.
Los beneficios del desarollo de redes (networking), entre otros, son: reforzar la confianza en una misma proceso, compartir experiencias mientras tomamos conciencia de las desigualdades que enfrentamos. La reflexividad que construimos en el proceso de la formación de una red nos permite tomar conciencia de muchos temas que de otro modo estarían ocultos (Marvin&Bryans, 2002).
Las conexiones en ámbitos formales e informales son muy importantes, estas redes ofrecen una oportunidad para el intercambio social a través de la reciprocidad y la confianza. La red que tejes puede proveerte de un lugar seguro y creativo que permite compartir experiencias y reflexionar sobre acciones y oportunidades. Un sentido de comunidad se forja a través de estas prácticas, desde reunirse con colegas para tomar un café hasta participar en congresos o escribir en co-autoría, etc.
Las personas con quienes compartimos preocupaciones en torno al estrés, el bienestar, el equilibrio laboral – personal, hacen la vida académica más llevadera y allanan el camino que transitamos como jovenes académicas. La comunidad que podamos construir nos ayuda a observar, reflexionar y cambiar ciertas prácticas o procesos.
Si bien, la escritura académica suele ser una práctica solitaria, la retroalimentación de las directoras de tesis y de otras pares es indispensable para mejorar. Cuando una va ganando independencia como investigadora, la construcción de redes permite:
- Entablar relaciones positivas con personas que compartan nuestros intereses.
- Obtener y socializar conocimientos, además de información privilegiada sobre temas de interés. Lo cual nos deja una valiosa experiencia
Las redes son para aprender y compartir
En mi caso, disfruto participar en cada convocatoria que veo, eso es un problema a veces, porque debo lidiar con múltiples cosas y me cuesta enfocarme. Pero también ha sido una ventaja, ya que he podido participar en estancias, congresos, escuelas internacionales, etc. En cada uno de estos lugares he conocido a personas extraordinarias que me han permitido conocer su trabajo y sus experiencias. Muchas de estas personas se han convertido en mis afectos. Debo decir que una de mis comadres que más quiero la conocí en un congreso. La construcción de redes permiten conexiones, posibilidades para futuras colaboraciones de investigación y para ayudar en el trabajo asociado con ser académica.
Algunas de las formas para tejer una red académica son:
- Asiste a los seminarios de tu posgrado. Esto posibilitará encontrar personas que te recomienden bibliografía relacionada a tu tema de investigación y pares con quien conversar. En mi caso, la asistencia al seminario de investigación permanente (Cultura y poder) me ayudo a cultivar la lectura crítica, el diálogo y a pensar justo que todo avance académico es colaborativo.
- Acude a congresos de tu área. En cuanto la pandemia lo permita, busca algún financiamiento y no dejes de asistir tanto de ponente como sólo para escuchar. Revisa con anticipación el programa y busca los paneles que te interesen y sigue la pista a aquellas investigadoras/es que estén vinculadas/os a tu investigación. Busca más adelante su contacto y escribeles un correo, informando sobre tus intereses de investigación.
- Forma un espacio de escritura o un grupo de estudio. La retroalimentación es fundamental y una de las mejores prácticas que puedes hacer, es brindar solidaridad y apoyo a los demás, leyendo y comentando. Fomentar la reciprocidad entre pares es una forma muy buena para trabajar en equipo y que aunque la escritura es un acto solitario a veces, tener el apoyo y la escucha atenta de un grupo, ayuda a darse ánimos para trabajar.
- Encuentra también espacios de ocio. Convivir en espacios que no sean estrictamente académicos es indispensable, tomar un café o una cerveza de vez en cuando hace la diferencia para compartir experiencias y reir abiertamente.
¿Qué pasa ahora que tenemos una movilidad limitada? Las redes sociales como Twitter o Facebook son una forma de comunicación posible y son usados por múltiples estudiantes, profesoras/es, investigadoras/es, y organismos de financiamiento. Los ámbitos virtuales pueden ser una forma de colaborar, me gustaría platicar más de esta cuestión, en un próximo post.
Así pues, el conocimiento se produce con mayor frecuencia en colaboración y las redes académicas hacen la diferencia muchas veces en el desarrollo de las/os investigadoras/es. Si te interesan estos temas y quisieras comentar o sugerir algo, no olvides escribirme, te leeré con gusto.
Agradezco el tiempo que has dedicado a leerme y nos vemos la próxima semana.
Para seguir leyendo…
Mavin, S. & Bryans, P. (2002) Academic women in the UK: mainstreaming our experiences and networking for action, Gender and Education, 14(3), 235–250.
Polk, Jennifer (2015) Conferences are for networking, 6 de noviembre de 2020, de University Affairs Sitio web: https://www.universityaffairs.ca/career-advice/from-phd-to-life/conferences-are-for-networking/