La importancia de darse un tiempo para reponerse
Llevo postergando dos semanas este escrito. Hace dos semanas estaba tan cansada que me pasé una mañana entera viendo el monitor, escribía una línea y la borraba. Me sentía drenada de energía, opté por cerrar la laptop y ver una serie. Vengo arrastrando días abrumadores con noticias muy tristes y con una saturación de actividades que hacen que vaya cumpliendo mis objetivos y entregas casi al límite o en forma extemporánea.
La semana pasada, me sentía con más energía en realidad, tuve varias ideas y escribí al menos dos borradores, pero no me sentía lo suficientemente enfocada. A la mitad de cada párrafo, me desviaba con diferentes tareas: buscar imágenes, leer notas, etc. Al final no pude escribir tampoco, esa vez sólo quedó una sensación de culpa por no poder acabar aquello que me había propuesto realizar.
¿Dónde están mis ganas de escribir? Ni la motivación, ni la inspiración suceden mágicamente. Como decía Octavia Butler, no es la inspiración lo que permite seguir escribiendo, es el hábito, la práctica y la disciplina. Justo por ello, es que decidí no postergar más este pequeño texto y hablarles sobre este cansancio que no es un pretexto, sino una constante en esta época de pandemia y confinamiento.
¿Por qué no debo ignorar ese cansancio que siento?
En la academia se premia la auto explotación y se celebra la productividad. Las distinciones que pueden obtenerse están condicionadas al tiempo y esta temporalidad no está pensada en la salud mental, física o emocional de las investigadoras que lo realizan. Muchas de nosotras estamos sometidas a diversas presiones que no son idénticas pero que existen y que hacen que estemos al borde del colapso en algunas ocasiones.
Escuchar a nuestro cuerpo es muy importante, nos permitirá saber si necesitamos pausar nuestras actividades, como menciona Petra Boyton (2020) “todas tenemos derecho a descansos y tiempo libre donde el trabajo y el estudio no interfiera” y hacerlo sin culpas. Esto incluye:
- Licencia de estudios, que incluye tomar cursos cortos, tener tiempo fuera de su programa de estudios o tomarse un año sabático. Esto también aplica a las personas que como yo, gustan de inscribirse en mil cursos o seminarios en línea. A veces necesitamos sólo descansar.
- Solicitar extensiones para ensayos, cursos, actualizaciones, proyectos, entregas de escritos, etc.
- Tomarse un tiempo para compartir y participar (aunque sea en la virtualidad) en reuniones con amigas o familiares
- Dar a conocer a nuestros empleadores/as o supervisoras/es nuestra situación por maternidad/paternidad/adopción/como cuidadora para saber que necesitamos más tiempo para realizar nuestras actividades.
- Tiempo libre y momentos de ocio para hacer las cosas que nos gustan
- Además de tener tiempo para ejercitarnos
- Tiempo para poder efectuarnos chequeos, procedimientos médicos, pruebas y diagnósticos, asesoramiento y terapia
- Pausa el uso de redes sociales y date un tiempo de desconexión
- Encontrar o reencontrar un hobby
Aunque tengas muchas cosas que hacer y sólo tengas las madrugadas para trabajar. Debes parar, abrazar tu cansancio y parar. Necesitamos reponernos porque a la larga, ningún trabajo vale comprometer nuestra integridad física y mental. Mis recomendaciones siguen siendo las mismas, establece un tiempo justo de la jornada laboral en la pandemia, no contestes correos todo el tiempo. Nuestra disponibilidad no puede ser 24/7. A veces las pausas son necesarias para seguir adelante. Si después de descansar, aún no encuentras las fuerzas, no dudes en pedir ayuda profesional.
Si tienes sugerencias, comentarios o preguntas, por favor escribeme, será un gusto saber de ti.
Agradezco el tiempo que has dedicado a leerme y nos vemos la próxima semana.
Bibliografía
Boynton Petra (2020) Being Well in Academia: Ways to Feel Stronger, Safer and More Connected, Reino Unido, Routledge